Officina Zoè – Istituto Italiano de Cultura
7 de octubre de 2014 a las 12:35

La tarde derramaba sus últimos esfuerzos por morir en pie. Grises y monótonas nubes encapotaban todo el firmamento que transformaba todo a un color melancólico y taciturno. La cita estaba prefijada pero no muy clara, ni mucho menos difundida. El espacio era chico y tal vez eso jugaba en contra de una multitudinaria convocatoria o quizás la propia impericia de quien organiza el show vuelve a decir presente. Lo cierto es que Officina Zoè fue la excusa de la convocatoria y como excusa fue más que convincente.

Durante una hora estos exponentes de la música salentina hicieron vibrar a todxs aquellxs que tuvieron la bella oportunidad de escucharlos en vivo. Una hora de una música sólida y movilizante que supo adentrarse en los poros de los presentes y una vez hecha piel se hizo vibración al tiempo de la pizzica (ritmo típico de la música tradicional del Salento, el sur de la Puglia, en Italia). Los músicos individualmente hicieron un aporte magnifico, pero no es sino la hermosa y contundente energía grupal dirigida hacía la excelencia con la justa impronta de entrañas la que hace que los 60 minutos sean apasionados y vibrantes.

En el 2005 en un ciclo de la Sala Leopoldo Lugones del Teatro Gral. San Martin se proyectó en un ciclo del nuevo cine italiano “Sangue vivo”, una joya de Edoardo Winspeare. La película era interpretada y musicalizada por Offina Zoè y en aquel 2005 parecía muy lejana, casi era un sueño, la posibilidad de escuchar a esa banda que era parte de la trama principal de la película. Hoy ese sueño fue realidad y tal vez esa capacidad musical extraordinaria de vibrar, sonar y reinterpretar parte del gran patrimonio que tiene la tradición salentina haya dejado vibrando los cuerpos de los presentes en ritmo vivo e hipnótico.

Los que tuvimos la posibilidad, esa vibración se apoderó de nosotrxs hasta las lágrimas, y esa es la mejor carta de presentación de una tradición que continuaremos haciendo nuestra mientras nos deje. Como conclusión deben saber que ni toda la sarta de buitres oportunistas amiguistas presentes de lo más rancio de la derecha italo-argentina siempre proclives a la sonrisa fácil y a palabras ignorantes, ni las genuflexas esbirras del gobierno de la ciudad y de la embajada de Italia pudieron opacar tamaño recital. Menos mal.
