
“Esta película es una mierda” grita mi amiga en el medio de un silencioso y asombrado cine, y se levanta como para irse. Yo no lo puedo creer. ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que ocurrió? Sólo transcurrieron 5 minutos de película. Le cerré el paso obstruyendo ese ínfimo pasillo que se genera entre nuestra butaca, nuestros pies y la butaca de adelante. “Tranquila, esperá, no te vayas”.
Películas como estas nos impactan, nos hacen de reflejo/espejo en algo profundo muy nuestro, a menudo insoportable. En este blog en Febrero contaba mi experiencia con “Gracias por el Chocolate” de Claude Chabrol (si no la leiste entrá a la web y leela), película que también puede “tocarte” por cierto. Pero en los primeros 5 minutos de esta otra, no existía ninguna razón aparente para reaccionar huyendo de ella. Claro, después de terminado el film, café por medio, mi amiga me explicó que hacía muy poco que había fallecido “su tan querida perra” y “Amores Perros” es la película que motivó esta reacción.

El director, Gonzalez Iñarritu, pertenece a ese grupo de directores capaces de involucrar la cámara, de no mirar desde afuera, de hacerse cargo de los dramas que filma. Los personajes de sus películas transitan situaciones altamente angustiantes, y el común denominador es “el dolor”. El Dolor es un factor tan variante e indefinido que no puede ser visto de un solo lado.
En “Antropología del Dolor” David Le Breton cuenta que existe una construcción social del dolor. Sí, el dolor es algo construido socialmente, nunca algo individual, aislado, solitario. La persona que sufre cree que su dolor es único, pero la manera en que vive el dolor es un ejercicio que fue aprendido socialmente. Iñarritu logra retratar esa combinación del insoportable dolor individual, y ese otro dolor un poco más oculto, el social. Lo retrata de frente, desnudo, cruel. Los personajes de sus últimas tres películas están atravesados por estos distintos dolores sociales increíblemente diferentes, y a la vez tan humanamente reconocibles: Una modelo “exitosa” a quien le amputan una pierna y se le viene encima la vida - Un padre de familia que detrás de una camioneta atropella a padre e hijo y tiene que vivir con la culpa - Un linyera que vaga por el DF sus penas de muertos ideales setentistas - Una adolescente que debe lidiar con la soledad de no sentirse atractiva - Una inmigrante mexicana que comete un error infantil y fatal en la frontera con EEUU - Un hermano que se enamora de su cuñada y se juega por esa relación. Estos son sólo algunos acercamientos a las muchas y profundas situaciones que este director nos muestra tan en carne viva.
Dolores profundos, filmados de idéntica manera. Ah… no esperen que este muchacho termine sus películas con el beso de una pareja y una multitud aplaudiendo. No. Si necesitan eso, sintonicen en horario premium cualquier canal de cable, y sigan con sus vidas felices.

* Babel (2006)
* 21 Gramos (2003)
* Amores perros (2000),
* Por Detrás del dinero (1991)
son las películas de este director sobre las cuales no tengo más que decir, simplemente que merecen ser vistas.
Aquí les dejo una pequeña parte de una entrevista de Alejandro Gonzalez Iñarritu con TNT, acerca de sus próximos proyectos.